Un proceso que empieza por ti
Entrenamiento adaptado a ti
Diseñamos juntas una rutina que se adapte de verdad a ti: a tu nivel, tu cuerpo, tus horarios y tu energía diaria. No importa si partes de cero, si vuelves después de tiempo o si ya llevas experiencia: siempre hay una forma de moverte que encaje con tu vida. El objetivo no es que entrenes más, sino que entrenes mejor, desde el respeto y sin presión.
Nutrición sin restricciones
No existen alimentos “malos” ni reglas universales, porque cada mujer necesita cosas distintas. Trabajaremos para que puedas comer sin ansiedad, sin culpa y sin que la comida ocupe toda tu mente. Volver a disfrutar de la comida es posible, y lo haremos paso a paso, sin extremos ni castigos. Comer también puede ser un acto de autocuidado.
Acompañamiento emocional constante
Te acompaño desde la escucha, ofreciéndote espacios donde puedas expresarte y herramientas sencillas que te ayuden a conectar contigo sin exigencias. Trabajaremos juntas tu autoestima, la relación con tu cuerpo, con tu imagen y con tu diálogo interno. Cuando tu bienestar emocional mejora, entrenar y comer también se vuelven más llevaderos.
Planificación flexible y realista
No necesitas seguir un plan perfecto, necesitas uno que se adapte a tu vida real. Diseñamos juntas una estructura que respete tus tiempos, tus responsabilidades y tus imprevistos.
Aquí no hay presión por cumplir al 100 %, sino espacio para que lo hagas a tu ritmo.
Tener un plan no significa vivir atada a él, sino sentirte acompañada y con dirección, sin dejar de vivir con libertad.
Seguimiento cercano y personalizado
Estoy presente durante todo tu proceso, no solo al principio. Hacemos ajustes según tu evolución, tus emociones, tus semanas buenas y las no tan buenas. No se trata de enviar rutinas por correo y olvidarme de ti. Mi acompañamiento es real, humano y constante. Me interesa cómo te sientes, qué dudas tienes, si algo te está costando.
Espacios para reconectar contigo
Más allá del ejercicio y la comida, necesitas espacios para escucharte, parar y mirar hacia dentro. Aquí encontrarás sesiones o materiales que te inviten a reflexionar, a descansar y a reconectar con lo que eres más allá del cuerpo. Porque el bienestar no es solo físico, es también emocional y mental. Estas pausas te ayudarán a sostener el proceso.
